En los post anteriores, hemos destacado el uso de marcos de trabajo ágil y metodologías. Cada una tiene sus ventajas y desventajas. En ese sentido, la idea es que se escoja el que más se adecúe a la situación y al espacio temporal que se desee ocupar para optimizar estrategias de marketing con SCRUM y Kanban.

Por ejemplo, en el caso de usar SCRUM, la necesidad que podrá satisfacer será la de coordinación táctica de tus campañas, un ritmo de trabajo que será verificado cada 2 semana hasta un mes, ideal para la grilla, la consistencia de campañas y acciones tácticas, donde podrás medir su impacto y establecer mejoras.

Por otro lado, Kanban puede trabajar la necesidad de reacción, en un entorno donde tus comunicaciones son muy inciertas, este enfoque puede ser más adecuado que el SCRUM, pues necesitas actuar rápido. La recomendamos cuando recién estás iniciando un área o recibes múltiples pedidos que deben ser completados en periodos muy acotados (menores a dos semanas). Kanban conseguirá medir y establecer la velocidad, manteniendo la implementación operacional. Orientado a la mejora continua de tu operación.

En este sentido, ninguna de las metodologías anteriores captura la necesidad de poseer una estrategia de marketing, sólo se enfoca en el actuar y conseguir objetivo de corto mediano plazo.

Para tu estrategia de marketing, existen variadas metodologías, sin embargo, lo esencial es tener claridad sobre tu propuesta de valor, donde con simples diagramas puede obtener una línea discursiva y una estrategia inicial.

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